Aljamain Sterling
Puede que no lo pareciera a simple vista, pero Aljamain Sterling estaba literalmente en modo supervivencia durante los momentos finales de su pelea en el UFC Shanghai. El ex campeón de peso gallo se llevó una victoria por decisión unánime frente a Brian Ortega, barriendo las tarjetas de los jueces con tres puntuaciones de 50-45 en la co-estelar del sábado en el Shanghai Indoor Stadium.
Lo curioso es que Sterling pasó una buena parte del último round moviéndose en círculos, tanto que incluso recibió una advertencia por pasividad. Afortunadamente, «The Funkmaster» logró finalmente derribar a su rival y controlarlo hasta que sonó la campana.
La confesión post-pelea
Sterling no se guardó nada durante la entrevista posterior al combate y reveló por qué adoptó esa estrategia tan conservadora: «Ese último codo que conecté en el cuarto round me dejó sin poder ni siquiera levantar el brazo para defenderme. Cuando Ortega se me vino encima, sentí que estaba viviendo una pesadilla en directo».
Y añadió con sinceridad: «No me quedaba otra opción que moverme y esperar que él cometiera un error, lo cual afortunadamente pasó y me permitió tomarle la espalda y derribarlo».
El factor del peso
La pelea tuvo que ser movida a un peso pactado de 153 libras después de que Ortega fallara estrepitosamente en la pesada del viernes. Pero Sterling sabía perfectamente que su adversario seguía siendo peligroso, especialmente en una pelea larga: «Solo había una razón por la que él quería que fueran cinco rounds: atraparme en las rondas finales porque sabe que en el pasado he mostrado cierta fatiga».
El luchador de 36 años también reconoció: «Es cierto que he bajado un montón de peso para llegar a las 135 libras. Aunque me noté algo más lento, vine preparado para esto y por suerte, Dios estuvo de mi lado y pude cumplir con el trabajo a pesar de todas las circunstancias».
Demostrando sus habilidades
Por encima de todo, Sterling se mostró satisfecho de haber podido exhibir la faceta menos valorada de su juego. El miembro del Serra-Longo Fight Team dominó el striking con 124 golpes significativos frente a 55 de Ortega, y no consiguió su primera derribo hasta la cuarta ronda.
«Me alegra haber podido mostrar mi striking», comentó con una sonrisa. «La gente cree que no sé boxear, que no sé patear, que mi striking es una porquería… Peleo de forma poco ortodoxa porque prefiero recibir el menor daño posible. Estos chicos vienen a pelear buscando el intercambio, pero yo estoy aquí para ganar, para dominar y para hacer que parezca fácil».
Y remató con un mensaje claro: «Si eso les hace pensar que no sé pelear de pie, que se suban al octágono conmigo y vean qué pasa».



